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sábado, diciembre 01, 2007

Envejecimiento celular

En el nivel celular, son varios los procesos implicados en elenvejecimiento y el desarrollo de algunas enfermedades relacionadas con la edad.

La palabra clave a este nivel es apoptosis, creada en 1972, y que significa el proceso de muerte no traumática y no inflamatoria de las células –es decir, lo opuesto a la división celular o mitosis- que regula la proliferación de células y mantiene así el equilibrio.

Genes específicos promueven (Bax) o se oponen (Bcl-2) a la muerte celular actuando sobre un componente en particular de las células, las mitocondrias. Los trastornos de la apoptosis están implicadas el desarrollo de ciertas enfermedades que son más frecuentes en las personas mayores como el cáncer y los desórdenes neurodegenerativos, como las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson.

Otra parte de las células, los telómeros, también están implicados en la regulación del envejecimiento celular. Los telómeros consisten en repeticiones en tándem de una corta secuencia de nucleótidos (los componentes del ADN), situados en los extremos de los cromosomas.

Su longitud limita el número total de generaciones que pueden alcanzar las células de un tejido u órgano (este problema también se denomina "fin de replicación). Es decir: las células del organismo están constantemente muriendo (apoptosis) y dividiéndose (mitosis) para dar lugar a nuevas generaciones de células jóvenes que reemplazan a las que murieron. La longitud de los telómeros determina hasta cuando tendrá lugar este proceso, y cuando dejarán de nacer nuevas generaciones de células.

Se ha especulado que el limitado potencial proliferativo de las células humanas, es el resultado de los acortamientos de los telómeros que ocurren durante la síntesis de DNA en cada división celular. Es decir: cada vez que la célula se divide, acorta el telómero y, por lo tanto, el tiempo de vida total del órgano o tejido. De alguna manera, el precio de sobrevivir hoy es morirse mañana !!

Este proceso es parcialmente retardado por la acción de una enzima, la telomerasa, que compensa la pérdida de algunos nucleótidos del DNA telomérico durante cada ciclo celular, esencialmente protegiendo y asegurándose que los cromosomas sean replicados por completo (es decir, que los cromosomas de las nuevas células sean exactamente iguales a las de las células que le dieron origen).

La longitud de los telómeros está, entonces, directamente relacionado con el número de generaciones celulares. En algunos estudios, incorporando el gen (procedimiento llamado transfección) que produce la telomerasa a células humanas se lograron más de 400 duplicaciones de población, concluyendo que la investigación de la renovación de los telómeros es relevante para saber más tanto sobre la génesis del cáncer como del envejecimiento.

En las células que envejecen también se presentan algunos daños bioquímicos, en especial por los famosos radicales libres originados en el metabolismo del oxígeno durante el ciclo celular (aunque aún no se sabe por qué los radicales libres no afectan a algunos tipos de células, como las germinativas presentes en los órganos sexuales).

Los cambios relacionados con el envejecimiento ocurren no sólo dentro sino también entre las células, por la alteraciones en la matriz intercelular, el intercambio intercelular de factores tróficos (que promueven el crecimiento), la liberación de sustancias que favorecen los procesos inflamatorios (llamadas mediadores de la citoquina), y el grado de proliferación de otros tipos de células asociadas a las que realizan el grueso de las funciones orgánicas (por ejemplo, las interacciones entre las neuronas y las células gliales, que son las que les proveen el “sostén” estructural: como si en una casa el hormigón de las paredes fuera cada vez más grueso, y fuera dejando cada vez menos espacio para la gente que vive en ella).

Las hormonas y el envejecimiento

El sistema endocrinológico (que produce las hormonas), regula la composición del cuerpo, la acumulación de grasa, la masa ósea, la fuerza muscular, el metabolismo, el peso corporal, y el bienestar físico. Los cambios múltiples a nivel hormonal acompañan al envejecimiento de todos los seres vivos y, como es de esperarse, varias de las manifestaciones fisiológicas del envejecimiento tienen que ver con los efectos de la declinación de los niveles de hormonas.

Una de las primeras investigaciones en el posible rol del sistema endocrino en el proceso de envejecimiento, fue conducido por Charles Edward Brown-Séquard (1817-1894), un médico y profesor francés. A los 72 años, Brown-Séquard se inyectó a sí mismo, de forma intramuscular, extractos acuosos del tejido fino testicular de perros jóvenes y cerdos de Guinea. Así en 1889, declaró que este tratamiento le produjo un aumento de fuerza muscular y vigor sexual, por lo que se abocó al estudio del uso médico de los extractos testiculares como medio de prolongar la vida.

En los seres humanos, el envejeciendo está asociado a una disminución de la producción de estrógenos en las mujeres (menopausia) y de testosterona en los hombres (andropausia), de la secreción en las glándulas suprarrenales de deidroepiandrosterona (DHEA) y de sulfato de DHEA (Dhea-S) (adrenopausia), y a una disminución en la actividad de un sistema hormonal llamado eje hormona de crecimiento (GH)/factor de crecimiento insulino-símil (IGF) (somatopausia). Como resultado, se están desarrollando regímenes de reemplazo de hormonas, como una forma de retrasar o prevenir algunas de las consecuencias del envejecimiento, aunque esté criterio ha provocado muchas polémicas en el ámbito científico.

Los orígenes biológicos del envejecimiento

Existe una evidencia limitada de que la genética desempeña, por sí misma, un cierto papel en el proceso de envejecimiento, aunque se sabe que el complemento genómico regula la longevidad.

El envejecimiento en el nivel molecular, se puede ver como un proceso que resulta de crecientes desordenes en los mecanismos reguladores intra e intercelulares. Esto conlleva una reducción de la resistencia del organismo al estrés intercurrente y las enfermedades. Esta noción de “desarreglo” en gran escala es también evidente a nivel del organismo en su conjunto, que se traduce en la erosión de la autoregulación de hormonas fundamentales como la LH (hormona luteinizante), GH (hormona del crecimiento), FSH (hormona folículoestimulante) y la ACTH (adrenocorticotropina).

Envejecimiento de la piel: causas y tratamientos anti-edad


Sabemos que los años no vienen solos, pero siempre nos cuesta asumirlo. Si quiere saber por qué la piel madura se deteriora y, lo más importante, como poder tratarla, lea este artículo.

Es muy común que, al cruzar la barrera de los 35 años, comencemos a notar muy molestas la aparición de arrugas y surcos en la piel.

Luego, nos empezamos a irritar por la aparición de manchas y tonos de piel más opacos, para descargar un grito de furia cuando notamos que, finalmente, la piel ha perdido elasticidad y firmeza, a causa del bajo nivel de hidratación.

Por esto mismo, los institutos y laboratorios de belleza están invirtiendo cada vez más dinero para estudiar y tratar los procesos de envejecimiento de la piel, entre los que se incluyen, como principales causas, la deshidratación y la oxidación, así como una mayor lentitud en la renovación celular.

Envejecimiento de la piel: los tres factores principales

Muchos de estos estudios, han demostrado que la sequedad de la piel es consecuencia de la reducción de los agentes hidratantes.

De esta forma, además de bajar los niveles de reservas de agua, también se reducen otros elementos como los aminoácidos o las proteínas, lo que provoca la pérdida de las estructuras de cristal líquido, que da como resultado una piel menos luminosa y más apagada.

Con respecto a la oxidación, se puede afirmar que su principal causa es la desnaturalización molecular.

Este proceso tiene que ver con un proceso de debilitamiento de la pared celular, cuya causa es, principalmente, la destrucción del colágeno y la elastina por parte de los radicales libres, lo cual provoca que la epidermis pierda elasticidad y firmeza. Además, se reduce la capacidad de regeneración de la piel, y aumentan las arrugas.

En último lugar, existe un mayor tiempo de renovación de la piel, a causa, justamente, de la mayor lentitud para la renovación celular, un problema que se intensifica con los años. Al hacer más lenta esta renovación celular, el tejido epidérmico pasa a ser más fino.

Por lo tanto, el espesor del estrato corneo de la epidermis -es decir, la capa exterior de la piel que actúa como su principal protección frente a lo agentes externos-, pasa a ser más frágil.

Por último, la alteración de todo el metabolismo provoca además que, tanto la conformación como la composición celular sean irregulares, dando lugar, entre otras cosas, a la aparición de pequeñas manchas y cambios en la pigmentación.

Además, cuando la renovación celular requiere más tiempo, disminuyen la cantidad y calidad de las fibras de colágeno y elastina, lo que se traduce en una disminución de la elasticidad y firmeza de la piel, con lo cual aumentan las arrugas.

Sí… tiene solución

Pero como mencionamos anteriormente, los laboratorios han creado, en los últimos tiempos, una gran cantidad de productos para contrarrestar estos efectos, que actúan principalmente proveyendo a las células diferentes defensas antioxidantes.

Uno de los últimos descubrimientos, es el extracto de abedul blanco, un compuesto natural que fortalece el sistema natural de elasticidad de la piel, manteniendo su colágeno y elastina.

Por otra parte, otro laboratorio han lanzado al mercado unas cápsulas con compuestos naturales que mejoran la elasticidad y el tono muscular tras un tratamiento que va desde las cuatro a las ocho semanas. Estas cápsulas están compuestas por un nutracéutico que aporta las enzimas antioxidantes perdidas con el paso del tiempo.

También se puede optar por tratamientos integrales anti-edad que actúan durante las 24 horas del día. Estas aplicaciones comienzan con una sueva loción para preparar a la piel para los demás productos. Luego, se aplica una crema antienvejecimiento diurna y un tratamiento nutritivo nocturno. Además, posee una crema gel para aplicar en los bordes de los ojos, un suero específico para toda la piel del cuerpo, una crema hidratante para las manos, y una loción que estimula la exfoliación.

Hierro, motor de la salud física

Hierro, motor de la salud física

Es cierto que cada día son más las mujeres que piensan en mantenerse en forma y se preocupan por su salud en general, pero algunos reportes médicos indican que muchas de ellas forman parte del ejército de personas con deficiencia de hierro, que puede llegar a afectar su capacidad física y mental, dice la nutrióloga Cecilia Sommer Finkelman.
El hierro, comenta, se encuentra en alimentos de origen animal, como la moronga, hígado, carnes rojas, vísceras y huevo; leguminosas como frijoles, habas y lentejas, en verduras como espinacas, tomatillo, huauzontle y acelgas. Está en frutos secos: cacahuates, nueces y productos de cereales adicionados. Sugiere acompañar estos alimentos o el complemento, con otros que aporten vitamina C: limón, naranja, guayaba o jitomates, para favorecer la absorción del mineral.

La recomendación de consumo de hierro va de 12 a 28 mg, con la dosis pequeña para mujeres mayores de 50 años, debido a que presentan menor pérdida de sangre y, por lo tanto, de hierro, por la ausencia de la menstruación; la mayor cantidad la deben consumir las mujeres embarazadas, quienes habitualmente no cubren sus demandas a través de la alimentación y requieren de un complemento.

En el mercado existen complementos multivitamínicos de libre venta y hay que elegir el que cubra las cantidades mínimas necesarias de vitaminas y minerales para el organismo, como los que ofrece la línea Centrum, afirma la especialista.

Conviene saber lo siguiente.

* Es en la pubertad cuando se alcanzan las mayores concentraciones de este nutrimento en el cuerpo.

* Si la alimentación de la mujer, desde la adolescencia, es inadecuada, baja en calcio y pobre en vitamina D (que ayuda a absorber mejor el calcio), habrá riesgo de déficit de calcio.

* El hierro se encuentra en productos lácteos, tortillas de maíz nixtamalizadas, sardinas y charales con hueso, y soya.

* Debe buscar reducir el consumo de proteínas de origen animal, café y refrescos de cola y hacer ejercicio, para proteger la salud de su cuerpo


Gracias Dr. José Manuel Ferrer Guerra!